COCAÍNA
El gobierno ha considerado un éxito de sus políticas la rebaja en medio punto del consumo de cocaína en nuestro país. Mejor, claro; pero es cierto que no se habla de cómo aumentan otras drogas más baratas consumidas por los muy jóvenes. El problema es muy complejo pero, si bien se han hecho algunas campañas interesantes sobre cómo dañan al cerebro estas sustancias, no se han acompañado de un verdadero sistema de salud mental que asuma la situación real de los enfermos por alcohol y drogas.
Los problemas mentales han aumentado considerablemente por el consumo de estupefacientes. Cualquiera que se haya preocupado mínimamente de este tema sabe que los tratamientos, para ser eficaces, deben ser duales: desintoxicación y tratamiento de lesiones mentales. A veces la droga es la causa de la enfermedad mental; a veces la consecuencia. Y abordarlo todo es caro, muy caro.
El adicto necesita una atención integral porque, normalmente, no quiere el tratamiento, no olvidemos que es un enfermo. Es el pez que se muerde la cola. Y sólo si tiene un equipo completo detrás, además de la familia y un entorno social que le acepte, puede recuperarse. Y hoy en España la sanidad pública sólo tiene capacidad de hacerse cargo de la desintoxicación, pero no del tratamiento que se requiere. Con lo que, lamentablemente, hoy por hoy, el que tiene medios, muchos medios, puede tener la opción de sobrevivir con dignidad a una plaga tan letal.