Desde que volvimos del Nyamulagira no nos hemos movido de la ciudad, de Goma ¿Y sabéis por qué? Porque hemos estado “entretenidos” demostrando a las autoridades congoleñas que el propósito de nuestra expedición es primordialmente científica, que estamos haciendo mediciones de gases muy precisas que nunca antes, hasta la fecha, se habían realizado en los dos volcanes más activos del continente africano, y tomando muestras para estudiar su comportamiento. Demostrando que los estudios que realizan los vulcanólogos que nos acompañan pueden ser vitales para la seguridad de su pueblo, que convive con el volcán catalogado como el más peligroso del mundo. Y todo esto porque nuestra aproximación al volcán parásito del Nyamulagira les ha parecido muy arriesgada. Por poco no nos dejan continuar con la expedición, querían cancelarnos el permiso para ir al Nyarogongo y casi casi nos invitaban a dejar el país... Ya veis cómo están por aquí las cosas. Hemos logrado resolverlo y convencerles de la necesidad de aproximarse lo más posible al borde del cráter para lograr unas mediciones más exactas y precisas.
Pero ha sido agónico, entre mil y un problemas, y sin salir de Goma. Una ciudad en la que reina el caos, sin un metro de asfalto y en la que viven 1 millón de personas. Está siendo durísimo comprobar de primera mano cómo está este país. Secuestros, asesinatos, robos violentos, guerrillas... el peligro es constante, envolvente. La gente es buena, por naturaleza, pero viven en un país que es realmente difícil de sobrellevar. Te acaba deprimiendo. Y a la vez nos gustaría que, a través de nuestras imágenes, todo el mundo pudiera ver la increíble belleza de las montañas de Virunga, porque son espectaculares, con volcanes, con gorilas, con animales increíbles... Tan pronto este país logre estabilizarse, esperamos que se conviertan en un foco de turismo y una fuente de ingresos alternativa para la población, que realmente se lo merece.
En estos días hemos tenido la oportunidad, eso sí, de realizar experimentos también desde el aire: conseguimos un helicóptero de la ONU y Pedro, uno de los vulcanólogos canarios, especialista en los gases que emiten los volcanes _que son los que pueden predecir qué van a hacer en el futuro_ pudo hacer mediciones que, junto con las ya realizadas en el volcán parásito del Nyamulagira y las que haremos en el Nyarogongo, van a ser las más completas (en cuanto al análisis de gases) que se han hecho jamás en esta zona. También pudimos acercarnos al lago Kivu y hablar con los pescadores, que nos han contado cosas sorprendentes como que a veces, mientras pescan, surgen grandes emanaciones de gas, grandes burbujas del fondo del lago (ya sabéis que tiene altísimas cantidades de metano y CO2), y ¡la barca se va al fondo (el agua pesa más que el gas) y se hunde. El lago tiene una profundidad en algunos puntos de 500 metros...! También fuimos en busca de los mazukus, surgencias de dióxido de carbono que pueden dejar KO o incluso matar a quien lo respire. Pueden subir por las cañerías de las casas, o incluso expandirse cerca del suelo, lo que resulta terriblemente peligroso, mortal, para los niños, por su estatura.
Registramos zonas en las que había desde 4,5% hasta un 38% de dióxido de carbono, ¡¡¡y con un 3% en el aire te mueres!!!! Estuvimos con una familia de 8 miembros que ha tenido la mala suerte de construir su casa en una zona con estas emanaciones: tenían hasta un 38% de gas en una habitación! Son muchos los problemas que les causa.
Dicho por Darío Tedesco, del Observatorio Vulcanológico de Goma, estamos en el lugar de la Tierra potencialmente más peligroso que existe, en cuanto a desastres naturales. Corrimientos, terremotos, erupciones del volcán como las del 2002 en las que en 15 minutos los ríos de lava – lava líquida, la más rápida del mundo- alcanza el pueblo y lo arrasa. Y el volcán que causa todos esos destrozos es el Nyarogongo, y hacia él salimos por fin mañana. Trataremos de acceder a su interior, descendiendo por su cráter hasta la terraza interior en la que pasaremos la noche, cerca del lago de lava más grande del mundo.
Hemos sabido que el lago crece a razón de 5 metros al mes, con lo que el rápel parece que será finalmente _lo comprobaremos_ de unos 400 metros. Nos vamos a adentrar para realizar experimentos en un volcán que se encuentra en estos momentos en periodo de máxima actividad. Eso es lo que nos mueve en este duro, y peligroso viaje al Congo: que estamos volcados con la dimensión científica de este Desafío Extremo. Estamos concentrados en la utilidad de esos datos, los más precisos que los vulcanólogos van a obtener en esta zona tan explosiva, y en el reto de explorar las entrañas más ardientes de la Tierra.
Exploración, aventura y ciencia, todo junto en este nuevo reto. Dentro de muy poco volveré a escribiros, espero que para deciros ¡Desafío conseguido! Va a ser complicado de verdad, pero preparaos para las impactantes imágenes que os vamos a mandar tan pronto regresemos del volcán.
¡¡Y sobre todo no os olvidéis, amigos: Desafío Everest