Para acercarnos a nuestro objetivo final debemos cruzar buena parte del país. Pasamos de una zona tropical, y plana a ascender a la sierra, a 2.500 metros de altitud, hasta llegar al pueblo más curioso que vi en Guatemala: Todos Santos de Cuchumatán, en la región de Huegatenango. Pero esta vez no vamos a dejar que se paseen cómodamente en el autobús. Vamos a estresarlos un poco dejándoles que lleguen por su cuenta, con muy poco dinero. El trayecto, para un de los dos grupos, casi acaba en tragedia, por lo que llegaron muy alterados.
Todos Santos de Cuchumatán es una población bastante grande, donde habitan gentes de vienen de los mayas. Son indígenas que hablan lengua maya, y todos visten igual. Todos los hombres, y cuando digo todos es TODOS, van vestidos con una especie de traje que recuerda al pijama de toda la vida. Tienen un sentido de la comunidad fortísimo. Por supuesto me agencié enseguida con uno.
Pues llegamos a este lugar recóndito, que parece sacado de las novelas de García Márquez, y resulta que son las fiestas. Y las fiestas consisten en celebrar una carrera sin fin de caballos montados por los jinetes que han pasado la noche bailando y de juerga. Es un espectáculo interesante. Nuestros chicos en este entorno siguen preparándose, cada vez son menos y los entrenos más técnicos y más duros. Aquí vamos a exigirles una prueba tétrica, algunos pasan verdadero miedo. Es mi prueba favorita, sin duda, de la serie.