Nos acogen con una hospitalidad ejemplar, nos ofrecen de todo, nos ayudan, nos dan de cenar, nos ponen habitaciones a nuestro servicio. En fin una gozada… Fernando, el director de la base y todo el equipo humano y de científicos nos cuidan como parte de esa familia no escrita que es la familia antártica, que tiene sus códigos éticos, sus normas, y por encima de todo una confraternidad encomiable.
Todos, incluidos los argentinos, nos sentimos muy, muy a gusto en nuestra casa antártica, porque eso es un pedacito de España, y en mi caso y el de Emilio ya llevamos dos meses fuera de casa, y nos pareció una delicia comer de lo nuestro, hablar con nuestros paisanos en ese paraíso de lugar donde enclavamos nuestra base española en 1986. Es una pequeña bahía repleta de hielo al fondo con gigantes bloques de témpanos que se desploman continuamente sobre un mar increíblemente lleno de vida marina.
Vimos por primera vez la base Española desde la altura del glaciar que está encima, y en el fondo de la bahía se enclavaron las instalaciones. Para colmo salió un medio sol y el mar se ilumino de color oro, y nos recreamos viendo un montón de ballenas que no paraban de saltar y enseñarnos sus grandes colas. Hielos, témpanos, pingüinos, ballenas, sol, nubes, musgos, ese pedacito de patria con sus tejados rojos, y todos a salvo de la tempestad que intuimos por la extraña calma que precede a la tormenta que esta a punto de abatirse sobre nosotros.
El meteorólogo de la base nos confirma que es de grandes proporciones en espiral y habrá rachas muy fuertes. Nos felicita de tomar la sabia decisión de regresar a la carrera a la base. Será de las grandes tormentas de esta temporada y la alarma es general en todo este sector antártico.
Nos relajamos y disfrutamos de todo esto con nuestros nuevos amigos, y me quedo con la boca abierta de las explicaciones de los científicos, especialmente de Carmen, ¡¡una leonesa!! que esta haciendo unos experimentos muy interesantes sobre glaciares y que nos dijeron que era un trabajadora nata, registrando todos los días un montón de datos sobre el glaciar.
Como anécdota os diré que en esa base donde llegamos a estar 9 personas, había 4 leoneses, Emilio, Nacho, Carmen y yo. ¡ No os parece curioso! Éramos mayoría.
Nos cuentan que en 13 días la base estará cerrada, pues están recogiéndola para invernar y llegamos el día de la despedida. Esa noche había 14 chilenos que están de obras en la nueva base que pretenden inaugurar en el año 2012, más varios científicos, y empleados de la base, y al día siguiente llegó el barco Las Palmas y se los llevó, quedando solo 9 personas que ayudamos en alguna de las innumerables tareas a recoger la base, y cerrarla hasta la próxima temporada, aunque hoy doble tarea, amarrar especialmente la base ante la inminente tormenta, a lo que les ayudamos en la medida de lo posible.
La experiencia ha sido inolvidable, pero todo: la travesía, que nos confirman que es posible que nunca se hiciera de esta manera, e incluso que pisáramos lugares inéditos especialmente donde desembarcamos, que es el sector menos explorado. También fue increíble la convivencia con la gente de la base. Ha sido una experiencia vital en un escenario sin duda único en el mundo.
La Antártida es el ecosistema mas virgen del planeta, repleto de vida marina, y sin duda alguna el más radical de todos, donde se han registrado las temperaturas mas bajas, con -89.9ºC en la base rusa Vostok. En fin, que todavía no nos queremos ir. Seremos de los últimos que nos marcharemos de la Antártida, las bases están cerrándose, y el periodo de grandes tempestades ya ha llegado. Esto nos dificultará todo: la navegación, que aun seguiremos más hacia el sur, y eso significa adentarnos aún más en la península antártica, descendiendo aún más la temperatura, y sobre todo aumentaran los iceberg, y mar helado. Pero nos han dicho que el espectáculo es brutal en los canales congelados de Lamaire, Gerlache o Neumayer, por donde pasaremos, ademas de visitar alguna base más.
Ahora sabemos que escalar va a resultar en esta época casi imposible, pero si existe una posibilidad lo intentaremos. Antes, unos 700 kilómetros de navegación hacia el sur aún más abajo, y después atravesar de nuevo el paso de Drake pero ahora a buen seguro con tormentas más severas. Todo esto os lo estaré contando puntualmente, y este Desafío terminará cuando lleguemos de nuevo a Tierra de Fuego en Argentina y si sobrevivimos al Paso Drake y Cabo de Hornos, los mares más terribles del mundo.
Por cierto amigos estamos navegando hacia la isla de Decepción para protegernos de la fortísima tormenta que en efecto esta llegando. Sopla un viento y nieva con mucha fuerza inclinando la embarcación de un modo que asusta. Ahí fuera se ha desatado el infierno. Todo se ha cumplido: la tormenta es huracanada, y estamos aún más felices de haber concluido al completo la travesía y estar a salvo de esta tempestad, pero también somos conscientes de que esto ahora será mas frecuente y hay que estar en alerta de no meternos en un grave aprieto, por lo que no puedo asegurar que podamos ni tan siquiera intentar un segundo Desafío en estas latitudes a puertas del invierno.
Nos vemos amigos. Jesús Calleja desde la Antártida más feroz y tormentosa.