Segundo día de carrera y primeros problemas. A pesar de que nuestro coche está funcionando excepcionalmente bien, un problema en el repostaje que hemos realizado antes de la especial –estaba sucio el gasóleo que nos han dado-, ha provocado que todo el circuito de alimentación se haya taponado, y eso ha hecho fallar el motor cuando todavía nos quedaban 70 kilómetros de especial. A pesar de eso, lo estoy pasando realmente bien, me parece una experiencia increíble, y sigo alucinando aquí en medio de todos estos figuras.
Cuando corremos, Nacho y yo vamos a nuestro ritmo, sin forzar en exceso y asegurando el paso. Mi hombro está cada día mejor; no sé qué me hizo ayer Vicens, el físio de Marc Coma, que hoy apenas me ha dolido, y eso que llegué aquí bastante tocado.
Yo he llegado al bivouac –que es como llama esta gente al “campamento” de toda la vida- un poco mosqueado, pero como me ha dicho la gente del equipo, me lo tengo que tomar con calma porque todos vamos a tener, más pronto o más tarde, problemas.
Así que ahora os dejo, voy a ver si ceno algo y duermo unas horas, porque… como dicen por aquí, “come, bebe y duerme cuando puedas, porque nunca sabes cuándo podrás volver a hacerlo”.