Todo a punto para volver
Estimados amigos
Ya han pasado un mes y una semana del accidente, y estoy muy feliz de mi recuperación, sin duda mucho más rápida de lo que sería normal.
Pienso en lo brutal de las roturas de mis huesos y de esos 12 tornillos con placa metálica, la estructura exterior que me cubría el brazo, llamado fijador externo. Y tan solo poco más de un mes ya no tengo nada en mi brazo a excepción de toda la ferretería interna. Ya estoy moviendo el hombro y brazo, y hago pequeñas tareas, y lo mejor es que estoy entrenado duramente para estar en forma en mis expediciones.
Sigo con mi entrenamiento de subir cuestas de gran desnivel al máximo ritmo durante dos horas diarias, para continuar con más ejercicios aeróbicos, y los sábados y domingos procuro ascender el mayor desnivel posible en las montañas de la cordillera Cantábrica, especialmente en León y Palencia. Aunque en ocasiones hay que dejar ratos para disfrutar de esta primavera tan espectacular, que como ha sido un año cálido y lluvioso esta la naturaleza que se sale de bonita. En estos paseos de placer siempre hay una voluntariosa amiga que te acompaña, y te sorprendes de meterla en dificultades para quedar uno como un héroe que rescata a su chica, pero que luego te sale el tiro por la culata porque la muy espabilada se defiende de sobra.
¡¡¡ Por Dios quiero irme ya de expedición¡¡¡
Necesito mi chalet portátil de dos metros cuadrados de plástico amarillo que planto en los lugares más hermosos del planeta, donde siempre hay un gran reto desafiante. Necesito mi baño al aire libre, el viento, la lluvia, la nieve, mis barbas de aventurero, mis miedos, la adrenalina, mis amigos los sherpas, hindúes, chilenos, africanos, etc..
Qué cantidad de cosas simples añoro. Ahora añadiré a mi lista un poco mas de cordura cuando compita en los rallyes más duros del planeta, porque si algún día me faltan mis ¨ cosa simples¨, simplemente me muero.
Los médicos y rehabilitadores, y sobre todo mis dos fisioterapeutas Marcos y Zacarías están haciendo un trabajo excepcional, y puedo aseguraros que el mes que viene continuo con el proyecto Desafío Extremo.
Concretamente ascender el Kilimanjaro, que es la montaña más alta de África.
Como esta montaña estaba en mi proyecto me viene estupendo, pues no es demasiado difícil, aunque hay que tener en cuenta la altitud, que sin duda es la dificultad de esta mole, y sobre todo que el gobierno de Tanzania no permite más que 6 días para ascender a este volcán de casi 6.000 m de altura, lo que asegura problemas de aclimatación. Esta es la razón para que su cima no sea nada fácil alcanzarla, por esta reglamentación poco meritoria de la administración del Parque Nacional del Kilimanjaro.
Aun así doy por oficial mi continuación en Desafío Extremo. Y al regreso en solo unos días partiré a otra expedición que más adelante os revelare, después vienen los rallyes.
En fin que soy de nuevo muy feliz por dejar definitivamente en unas semanas el parón.
La clave está siendo la constancia en mis ejercicios, el trabajo de mañana y tarde, casi hasta las noches con los fiseoterapeutas, y sobre todo la cabeza.
Controlar el dolor, no quejarme, siempre decir más, y lo que parece imposible, marcarlo como un reto y superarlo, si es posible con nota.
Solo me hice reproches los primeros 15 minutos después del accidente, a pesar del futuro que se me brindaba por delante, y a partir de ese cuarto de hora, con los huesos rotos sujetándolos con la mano, y las heridas sangrando, mientras caminaba entre las dunas con la tempestad de la tormenta de arena y unos dolores horribles, ya solo pensaba en la recuperación, sin dejar entrar ni un solo reproche a mi cerebro.
Solo pensaba en recuperarme, recuperarme, y recuperarme, y rápido, muy rápido, lo más rápido posible. Ahora veo los frutos del esfuerzo y la obsesión de la recuperación, y sobre todo que no existen imposibles.
Ya uso mis 10 dedos para escribir al teclado estas crónicas, y pienso lo afortunado que he sido. Vigilare mi ímpetu cuando compita, y siempre hay una lección detrás de los reveses que la vida nos impone. Iré a los rallys de los Faraones y Dakar con una magistral enseñanza, y esta será posiblemente la que necesitaba para poder concluir las pruebas entero, pues son los rallyes más duros y peligrosos del mundo, y es posible que este accidente que he sufrido haya sido necesario. Nunca hay mal que por bien no venga.
Desde estas líneas quiero agradecer a todo el equipo, de Cuatro el increíble trabajo que están haciendo con todo el material que tenemos de las espectaculares expediciones que he acometido hasta la fecha, y que os prometo que os engancharan a la televisión y no podréis cambiar a otro canal, porque el ritmo de las imágenes es trepidante.
Estoy convencido que hasta los que ven Beti la Fea, o Salsa Rosa no se moverán de Cuatro con nuestra nueva propuesta, que muy pronto veréis.
Amigos “Practicar Cuatro”, que merece la pena.
Gracias a todos los que leéis mis crónicas y especialmente a todos los que dejan sus mensajes de apoyo. Sois mi gasolina. Os seguiré informando
Jesús Calleja