Hola amigos ya estoy a las teclas de mi ordenador portátil, con la chaqueta de plumas, dentro del saco de dormir, y al calor de mis compañeros de tienda de campaña, Kike y Emilio. Os avanzo que fuera hay una de las más majestuosas vistas de montaña que uno pueda ver.
Hoy amaneció un día ventoso, pero apunta que resultará bueno, pues el barómetro ha subido mucho desde la tormenta de anoche. Estamos situados en el campamento base a pie de la morrena frontal del glaciar Stopani, donde los hielos se convierten en un caudaloso río lechoso. Desayunamos y enseguida nos ponemos hacer la mochila, pues ya no hay caballos y tenemos que llevar todo encima. Imaginar que tenemos que cargar toda la comida para muchos días de expedición, más el combustible, hornillos, la ropa, sacos de dormir, tiendas de campaña, material de escalada, piolets, crampones, cuerdas, arneses y mucho equipo para filmar, además de los sistemas satélite y no se cuantas baterías. ¡Todo encima de nuestras espaldas! Menos mal que están nuestros amigos argentinos para ayudarnos, pero ellos también tienen que portear sus equipos de escalada, al igual que nosotros. Este excesivo peso, que casi no nos deja alzar la mochila a la espalda, es sin duda lo que más nos atemoriza, pues serán muchas jornadas duras y de muchas horas. Pero ya no hay vuelta atrás, con las mochilas hinchadas como botillos nos ponemos en marcha sobre la ladera izquierda del glaciar Stopani, que es un caos de rocas y piedras de granito, por la que avanzamos sin problemas.
Los descansos se suceden cada media hora, aunque nuestras espaldas agradecen cada vez que Emilio Valdés nos manda parar para realizar alguna toma concreta. No sólo cargamos pesadas cargas, es que además tenemos que filmar toda la expedición para nuestra serie en CUATRO, Desafío Extremo. Emilio Valdés y yo pensamos que pocos o más bien ningún programa de televisión con este nivel de compromiso y exposición, que soportamos, y con tan pocos medios humanos se pueda hacer un programa de aventuras que se emite en prime time. Al menos lo que intentamos trasmitir es la estricta realidad de lo que nos ocurre, y si viniera más equipo humano, faltaríamos a la realidad de la aventura, a su pureza.
En fin que más que hombres parecemos bestias de carga con las cámaras siempre listas para la mejor toma. Kike, mi hermano es un apaga fuegos, hace de todo, nos ayuda en las tareas técnicas, carga los equipos, instala el campamento mientras Emilio y yo enredamos con nuestra película. El glaciar Stopani, se alimenta de otro gran glaciar llamado Armada de Chile, y antes hay otro valle a su izquierda, por el que sale un río glaciar que proviene de otro glaciar que se forma en el circo de las montañas: Bobe, Roncali, Gemini, y Caledonia. Es por este valle angosto por el que nos adentraremos.