"Amigos, cada día se hace más difícil realizar cualquier esfuerzo. Desde que superamos los 4.000 metros de altitud, hemos tenido que ralentizar nuestro ritmo y también han aparecido algunos “problemillas”.
Os recuerdo que nos dirigimos al Campo 3 del Everest, en la barrera de la muerte, y es condición indispensable llegar con un estado de salud óptimo, o al menos en las mejores condiciones posibles. Si no, sería impensable plantear el ascenso hasta los 7.300 metros en los que se instala el tercer campo de altura en la ruta al Everest, es decir: ¡nuestro objetivo!
Los Aspirantes, de los que ya sabéis que puedo contaros poco (los conoceréis a fondo en el programa) empiezan a acusar el cansancio, la falta de oxígeno, y ya han aparecido también algunas lesiones típicas de las largas horas de las jornadas del trekking, además de los típicos malestares de estómago... Ya sabéis, es difícil librarse de alguna que otra cagalera, ¡qué os voy a contar que no os imaginéis ya! Yo cruzo los dedos y le pido a Rafa Lomana, que lleva al cuello varias imágenes religiosas, que rece, que rece, ¡a ver si llegamos todos en buen estado al Campo Base del Everest!
Me parece que los Aspirantes no imaginaban la dureza de una expedición como ésta, en la que no sólo hay que estar fuerte de cuerpo, sino también de “coco”... y de hecho el mayor peligro ahora está en sus cabezas. Deben mantener su motivación, su voluntad y sus ganas, deben luchar por conseguir el objetivo que les ha traído hasta aquí... o no podrán intentar alcanzar el Campo 3.
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Por cierto, lo olvidaba. Estamos en Dingboche, a 4.410 metros, la ultima aldea habitada de manera permanente en estas alturas del Solu Khumbu. Este poblado es el punto más elevado en el que los sherpas pasan el invierno, y un lugar al que a menudo los alpinistas que quieren ascender al Everest (o al Lhotse) bajan para recuperarse en caso de que se encuentren mal, ya que se sitúa mil metros por debajo del Campo Base del Everest, con lo que el ambiente es mucho más amable y benigno para la recuperación.
Y eso sí, amigos, llegados a este punto, a esta altitud, se acabaron los bosques de rododendros increíbles que hemos dejado atrás en el camino... ahora estamos completamente rodeados de paisaje rocoso, frío, árido y seco, rodeados por las pedazo de moles que nos rodean, ¡es un paisaje alucinante! Seguramente los Aspirantes lo encuentren menos acogedor, más desolado, duro y hostil que los valles verdes por los que hasta ahora transcurría el trekking. ¡Tendrán que acostumbrarse a este nuevo entorno, les acompañará ya hasta el final de la expedición!
Mañana será un día de extrema dureza, con un trekking muy largo hasta Lobuche, a 4910m, a las puertas de los 5.000 metros, donde dice mi amigo y cámara Emilio Valdés, que cualquier esfuerzo 'duele'. A estas altitudes cada respiración nos aporta solo la mitad de oxígeno que a nivel del mar, por lo que los pulmones deben realizar el doble de esfuerzo... veremos cómo se adaptan, tanto ellos como el resto del equipo, claro! Ya es una altura considerable y se deja notar.
También hemos vivido el segundo cumpleaños del equipo. El primero fue el de una de las operadoras de cámara, Belén, y ahora le ha tocado turno al equipo médico: ¡al Doc! Y ya que le nombro... os cuento que es un señor serio, duro, y seco como la mojama y ¡juraría que se emocionó con la tarta que le habíamos preparado! (bueno, tarta... o algo así, en estas latitudes se hace lo que se puede!) No se lo esperaba y se llevó una buena sorpresa... ¡la verdad es que el ambiente con este equipazo es increíble!
Doc es uno de nuestros ‘ángeles guardianes’, el que vela para que todo vaya bien, ¡y que la altura y las tripas no nos mermen demasiado las fuerzas! pero tenemos muchos ángeles más, lo que me hace sentir de verdad en buenas manos, y ante un proyecto serio, muy ambicioso, si, pero muy bien organizado. Porque, sin contar a los fenómenos que nos esperan en el Campo Base (junto a Willie Benegas), ahora mismo nos acompañan nada menos que seis sherpas que han estado en la cumbre del Everest. He querido hacerme una foto con ellos para que los conozcáis. De izquierda a derecha tenéis a Pasang, Chiring (que me acompañó a la cumbre del Everest y con quien comparto ese recuerdo extraordinario), yo mismo, Pemba, Lhukpa, Gyaltsen y Pasang Chiring, a quien habéis visto buceando en el lago Tilicho. ¡Con este equipazo no habrá nada que se nos resista!
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No sé cuándo volveré a escribir otra crónica una vez abandonemos Dingboche, así que quiero aprovechar para haceros un breve resumen de algunos temas que sé que os interesan a muchos de vosotros, y que tienen que ver con la expedición: para empezar deciros que nada se improvisa y que llevamos meses trabajando cada detalle desde España (una vez aquí no sabéis lo difícil que es conseguir cualquier cosa, coordinar unos portes, organizar un rescate...) Para ello hemos contado con la ayuda de un amigo y gran profesional que conoce el Solu Khumbu muy bien, mi amigo Enrique de Taranná Trekking, que se ha venido con nosotros como parte de nuestro equipo de producción (¡inmejorable!).
Para que os hagáis una idea de la dificultad (¡y de lo grande!) de esta producción televisiva, hemos tenido que repartir todos nuestros portes en 3 destinos diferentes, seleccionando muy bien qué cosa iba a cada punto: Kathmandú, Namche Bazaar y el Campo Base del Everest. Hasta aquí nos hemos desplazado un equipo muy extenso de 30 profesionales de la tele, y contamos en nuestro día a día con más de 100 porteadores, unos 80 animales de carga y, por supuesto, un equipo de producción local que nos da un soporte imprescindible. Con el trekking, desplazamos unos 2000 kilos de portes y aparte cada uno lleva su mochila, claro. Cada vez que llegamos a una aldea donde nos instalamos... la montamos. Grupo electrógeno, carga de baterías, cables por todas partes. ¡Creo que nos estamos haciendo muy conocidos por estas tierras!
Amigos, os dejo por hoy. Tenemos que repasar nuestros planes de grabación y descansar para afrontar el durísimo día de mañana.
¡Hasta la próxima, Namaste!"