"Amigos: salimos hacia las montañas, hacia el Wideroe Fjellet ¡Hace un frío que pela! Y la meteo para mañana no es muy buena: dan fuertes vientos, sin precipitaciones, y en la cima, a más de 3.000 metros, 40 grados bajo cero y una sensación térmica aún más baja por el viento... ¡Dios!"
Estos días de atrás, prácticamente desde que llegamos Emilio y yo a la base, han estado marcados por una cosa: la tormenta antártica que se abatió sobre la zona y casi por todo el continente y que mantuvo en alerta roja a las bases antárticas.
Y digo prácticamente porque nada más llegar aquí el tiempo nos dio una tregua y pudimos salir a escalar: esta estación antártica está rodeada de grandes montañas inescaladas, así que con un sol radiante y -15º de temperatura estuvimos explorando por los alrededores y tuvimos la oportunidad de descender por un wind scoop.
Los wind scoop son como agujeros, fosos esculpidos por el viento que se hacen alrededor de los accidentes en el terreno (el viento choca con el accidente que sea, roca, etc... y al ser rebotado erosiona la nieve).
Hubo que bajar con cuerdas, escalando, fue totalmente espectacular, amigos. La Antártida es como estar en otro planeta, de verdad. Al día siguiente también pudimos escalar una montaña de granito que hay cerca de la base; una montaña técnica que ascendimos entre vientos de hasta 100 km/h ¡una locura...! y para descender... nos las vimos de todos los colores.
Después llegó la tormenta que anunciaban, con vientos de hasta 120 km/h, y desde entonces hemos estado “sellados” en la base.
Lo bueno es que hemos podido disfrutar y conocer bien tanto esta increíble base como a su diseñador, Alain Hubert, que ya le conoceréis en el programa ¡vaya máquina!
Lo ha hecho todo en el mundo de la exploración polar, es súper simpático y por si fuera poco es el diseñador de esta estación, autogestionada por ordenador, 100% ecológica, es espectacular...
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También pudimos aprovechar y realizar la vídeo-conferencia para los informativos de Cuatro, y escalar otro pico cercano Emilio y yo en medio de un temporal infernal y poca visibilidad... así que han sido días bien aprovechados, que ya llegan a su fin: ¡nos marchamos rumbo a las montañas!
La aproximación la vamos a hacer en moto de nieve a través de unos inmensos glaciares (los más grandes del planeta) que descienden desde el mismísimo Polo Sur.
En este punto esos glaciares son como un campo de minas por las grietas que lo atraviesan, así que hay que tener muchísimo cuidado: imaginaos cómo serán que en algunos puntos vamos a tener que asegurar las motos de nieve con cuerdas.
El planteamiento que hemos hecho es el siguiente: yo iré segundo, conduciendo mi moto de nieve; Emilio irá con el médico de la base para poder grabar todo y Alain Hubert irá primero abriendo ruta.
Con toda la nieve caída en los últimos días es la única manera _y la más rápida_ que tenemos para llegar hasta la base de la cima de los vientos, el Wideroefjellet.
No se ha ido nunca hasta el final, hasta el punto en el que emplaza el campo base, en moto de nieve así que no sabemos qué nos espera.
Y aunque las condiciones no son buenas, no podemos esperar: nuestro avión a Ciudad del Cabo despega en tres días ¡vamos a contrarreloj!; si perdemos el avión tendríamos que quedarnos un mes hasta el siguiente vuelo ¡¡glup!!"
Todas las fotos del Desafío Extremo en la Antártida.