"Juani comete unos fallos de seguridad que me dejan helado"
En el episodio 6 seguimos ganando altura y llegamos hasta la Laguna Magdalena, a más de 3000 metros de altitud. Tampoco es tanto si lo comparamos con otros lugares en los que hemos estado trabajando, pero no sé por qué, gran parte del equipo del programa cayó enfermo. Mi hermano Kike me preocupó mucho. Le subió la fiebre a más de 40, y teniendo en cuenta que habíamos estado en la selva, pensé que podría ser malaria. Afortunadamente se recuperó muy rápido, pero me dio un buen susto.
El tiempo tampoco acompañaba. Llovía todo el rato y se metía una niebla que nos hacía perdernos a cada paso que dábamos. Para complicar un poco más las cosas, nos entraron los agobios. Tan solo quedaban unos pocos días para que los aspirantes se enfrentaran al desafío final, y nos dimos cuenta que a pesar de estar en el penúltimo capítulo, no sabían ni la mitad de la técnica que iban a tener que usar en el Hoyo Cimarrón. Así que nos pusimos las pilas, o más bien se las pusimos a ellos, y se enfrentaron al episodio más cañero, y más técnico. Nuestras sospechas eran ciertas: estaban todavía muy verdes. Juani está muy entrenada, jumarea muy bien, pero luego comete unos fallos de seguridad que me dejan helado. Una vez más nos volvió a sorprender Carmen que es un mar de lágrimas, pero a la hora de la verdad maneja los aparatos bastante bien. Pablo se revolvió un poco. El pobre no dio pie con bola, y le entró la paranoia con que éramos más estrictos con unos que con otros. Tuve una conversación con él para hacerle entender que nos cortaríamos una mano antes que ser injustos en las valoraciones. La verdad es que lo entendió bastante bien; es muy noble Pablo.
Entre la lluvia y tanto entrenamiento, los aspirantes estaban un poco mustios. No quería que se desanimaran, así que organizamos una carrera sujetando cántaros llenos de agua con la cabeza. ¡Menudas risas! Resultó ser uno de los momentos más divertidos de toda la expedición. Es muy importante que se lo pasen bien y que se relajen. Si todo es tensión, al final pueden cometer más fallos y lo que les queda por hacer es tremendo.