¡Hola amigos!:
Os escribo ahora mismo desde la base rusa de Novo, ¡estamos en la Antártida! Y nos ha recibido con la peor tormenta que han vivido por aquí en esta época del año ¡No os podéis imaginar la que se ha armado ahí fuera!
Está prohibido salir de la base, hay un completo whiteout: no se ve NADA. Con estas condiciones el horizonte desaparece, no hay ninguna referencia de dónde te encuentras y te desorientas por completo. Imaginaos desorientarse aquí ahora y perderse... entre vientos terribles y temperaturas extremas bajo cero. Y encima con la nieve que ha caído ¡es extrañísimo! Aquí se registran muy pocas precipitaciones, es un clima muy seco y si nieva, nieva poco... ¡pero ha caído una nevada impresionante!
Estos últimos días han sido trepidantes: nada más llegar a Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, nos encontramos con la sorpresa de que el equipo del Telefónica que corre la Volvo Ocean Race, la Fórmula 1 de los barcos, estaba allí y nos dieron una vuelta en plan competición ¡¡¡fue una experiencia increíble, amigos!! ¡¡Qué pasada de barco!!
Desde Ciudad del Cabo, que es uno de los puntos de acceso hacia la Antártida, volamos hasta la base rusa de Novolazarevskaya (Novo). Un vuelo de seis horas para recorrer los 4.200 kilómetros que nos separaban del continente helado. Tuvimos mucha suerte, porque el día que llegamos fue un día bueno, con buen tiempo, y pude entrenar un poco y visitar los alrededores. Así que nos fuimos desde la base rusa hasta la base india de Maitri, la segunda base permanente que tiene la India en Antártida.
Hicimos al final unos 12 kilómetros y pudimos regresar sin problemas, afortunadamente, porque justo después se desató una tormenta ¡brutal!
Dicen los rusos que hacía muchos años (¡como una década!) que en esta época veían algo así, es una tormenta muy fuerte. Veo las comodidades que tienen los que trabajan en las bases, y pienso las que debieron pasar los exploradores Amundsen y Scott... los protagonistas de esa aventura antártica increíble que tuvo lugar hace ahora cien años. Muchos conoceréis la historia: el noruego Roald Amundsen alcanzó el Polo Sur el 14 de diciembre de 1911; Scott lo hizo un mes después, pero su expedición tuvo un trágico final pues los cinco que la integraban murieron en la travesía de regreso. Con aquellos materiales, con aquellas ropas, ¡qué duro debió ser aguantar las terribles condiciones que pueden darse en la Antártida!
Y ahora, aunque nos prohíben salir al exterior con este whiteout _no se ve nada a cinco metros_ hemos conseguido un permiso para filmar y voy a ver si puedo entrenar un poco en estas condiciones, para probarme y saber qué ocurriría si me pilla una tormenta así y estoy en terreno abierto, corriendo con un equipo tan ligero ¡en zapatillas!
Estamos con vientos de 80 km/h llegando a veces a 100 km/h y con mucha nieve, que ya os digo que es una auténtica rareza aquí en la Antártida. Así que a ver si puedo salir, amigos...
La previsión es que estemos parados dos o tres días más hasta que mejoren las condiciones. Después, si podemos volar hasta el Polo Sur, intentaremos (si la climatología y la estricta burocracia que rige todos los temas de seguridad y los vuelos lo permiten!) correr la media maratón. La verdad que el tiempo está muy cambiante y las posibilidades de que lo permitan son muy escasas... pero yo quiero saber lo que es correr en la Antártida! ¡Así que lo vamos a intentar hasta el final, amigos!!
¡Pronto volveré a escribiros desde este confín del mundo!
Jesús Calleja