Situaciones extremas en los Cenotes mayas (2 de 3)
Ciertamente me estresé al máximo y las pulsaciones subieron atrozmente, lo que es un error pues el consumo de aire se dispara y esto agrava las cosas. Me doy cuenta qué importante es el control mental y bajar las pulsaciones, cosa que ya he conseguido hacer para ahorrar aire. También me he dado cuenta de lo mal que pueden estar las cosas ahí abajo sin posibilidad de ayuda de ningún sitio, hay que ser autosuficiente. Este Desafío va a resultar muy agobiante y sin duda peligroso, tendré aire para tres horas si consigo ahorrarlo controlando mis respiraciones, sin estresarme, ¡no puedo entrar en pánico!
Por otro lado cuando me han dejado en la segunda vuelta disfrutar de esta galería inundada he alucinado de la belleza de ver miles de estalactitas y estalagmitas colgando por todos lados, parecía una obra de arte increíble y yo en el medio levitando y contemplando este mundo irreal de colorido y formas fantasmagóricas.
Se producen fenómenos extraños como las “Haloclinas”: es el momento en el que el agua dulce se encuentra con el agua salada que procede de las filtraciones del mar, entonces hay una capa intermedia donde el agua esta muy alterada y se ve borroso, es como si los ojos dejaran de enfocar. Hay que relajarse y seguir descendiendo hasta que la haloclina se termina, pues apenas se ve más allá de un metro, de lo borroso y vítreo de la visión. Justo por encima de la haloclina se ve una especie de espejismo donde hay claramente dos capas de agua y una especie de olas, y ¡todo esto dentro de una cueva inundada! Es como hacer magia.
También nos encontramos con termoclina que es la capa intermedia entre una capa de agua caliente y de repente otra muy fría, la capa intermedia esta también muy alterada y da la sensación de estar en ebullición, disminuyendo la visión a casi nula. También hay que estar sereno para atravesarla y saber que todo vuelve a la normalidad dos metros más abajo.
Pues todo esto te encuentras en ese laberinto de galerías, pasadizos, y estrecheces inundadas. Hay que superar muchos miedos…, pero aún me espera el cuarto día otra sorpresa, creí que ya estaba preparado, pero esta fue muy fuerte…
Nos desplazamos por el interior de la selva hasta el cenote Angelita. Este cenote se caracteriza por la profundidad, hasta 60 metros, pero esto no es todo…
Es un cenote redondo de aguas azules que descienden hasta unos 30 metros donde se encuentra un extraño fenómeno: una nube de gas disuelto en el agua producto de la descomposición de la materia orgánica que cae a este cenote, os recuerdo que estamos en la selva y cae cantidad de hojas y otros materiales orgánicos. Esta nube se encuentra a una profundidad de 30 metros y esta compuesta de anhídrido sulfhídrico, es muy tóxica, tanto que el veneno pasa a través de la piel y te intoxicas igual que si la respiraras, por lo que hay que atravesarla rápido!
La sensación era increíble, os imagináis descender 30 metros y encontraros una nube de color amarillo flotando en un agua azul intenso, pues eso no es todo, la atravesamos, y debajo otros 30 metros de agua salada, con haloclina incluida de color amarillo, y a medida que descendemos restos de troncos de árboles de los colapsos sufridos en épocas pasadas, que le dan un aspecto aún más tétrico.