Recta final
Estoy a pocos días de reiniciar Desafio Extremo, que entre muchas de las complicadas pruebas, se encuentra el Kilimanjaro, que sin duda a priori es la más fácil, o mejor dicho, la única fácil.
Pero en este proyecto, como no hay nada fácil, yo mismo me encargué de complicarlo, y me explico:
Tengo que afrontar esta ascensión con un hombro roto en proceso de recuperación, pero lo mas complicado es que hace sólo unos días que me operaron de nuevo la muñeca para insertar una placa, y por lo tanto me quitarán la escayola a muy pocos días de partir hacia esta mole africana.
Médicos y traumatólogos me tachan de loco e insensato, pero no pienso retrasar Desafió Extremo ni un día más. Así que a finales de este mes junio saldré de mi pequeño paréntesis y continua la aventura. Para que no se cabreen mucho mis traumatólogos, especialmente el doctor Xavier Mir, pagaré los gastos de mi resentido bolsillo a mi fisioterapeuta personal Marcos Robles, para hacer la recuperación in situ.
Llevaremos una camilla portátil y sin cortarnos desplegaremos nuestra mini clínica y trabajaremos muy duro al menos dos veces al día en la recuperación, aunque esto será supongo al llegar a los campamentos de altura. ¿Por qué será que todo siempre tiende a complicarse? Yo que me veía finalizando Desafio Extremo, en una apetecible y disfrutona montaña sin grandes problemas técnicos, para rematar en una paradisíaca playa de Zanzíbar como broche final... ¡Pues no! A joderse y a sufrir con un brazo soldándose, con sus dolores, sufrimientos y montando el circo con la camilla montaña arriba.
¡Que viva el espectáculo!
Estad atentos: en pocos días os seguiré informando.
Jesús Calleja