Hola amigos, ya estamos metidos de lleno en otro desafío extremo... Nos hemos venido a Jordania para escalar una pared vertical de 450 metros, tan compleja y difícil que emplearemos la técnica del Big Wall, o artificial de grandes paredes.
Estos 450 metros nos llevarán como mínimo cuatro días de escalada y tres noches colgados literalmente de hamacas instaladas perpendicularmente a la pared. Tendremos que escalar, comer, cenar, cagar, mear y dormir en la pared, y portear unos 180 kg de peso a través de toda la ruta.
Para poder hacer tan tremendo esfuerzo y salvar la dificultad de la ruta, se ha venido con nosotros uno de los más expertos escaladores de artificial del mundo, se llama David, o mejor dicho le llaman Pelut (el pelos), ya le conoceréis... Y como siempre que hay cuerdas por medio, estará mi hermano Kike y por supuesto mi cámara y amigo Emilio Valdés.
Pelut, Emilio y yo escalaremos la vía o itinerario conocido como 'Inshallah Factor', algo así como “Dios proveerá...”. Pero antes descenderemos uno de los numerosos cañones junto al segundo lago más salado de la Tierra, el Mar Muerto. Un cañón del que no hay apenas información.
Así pues, salimos de Amman hacia el Mar Muerto, montamos campamento bajo las estrellas, tertulia _lo mejor_ con los amigos y a las 05h30 arriba ¡y al cañón!
A las 7 de la mañana ya había 30º C, a las ocho 37º C, y a las nueve de la mañana, 43º C... Sudamos de una manera incontrolada, los 3 litros de agua que llevamos por persona se nos antojan escasos.
Pronto llegan los abismos, y el primero es un gran rápel de casi 100 metros según calculamos.
Pelut saca los “cacharros” y empieza a burilar, es decir, a hacer un agujero de unos de 10 cm, donde colocaremos un expansor que, al atornillarlo, queda fijado inamovible en la roca. Siempre se colocan dos por si fallase alguno, ambos se unen con cordino, y sin pensarlo, a rapelar. ¡Uf! da “yuyu”, porque casi todo el rápel es volado, es decir que no tocas la pared.
Desciendes en el vacío, y a eso nunca te acostumbras. La gravedad tiene esa curiosa costumbre de tirar siempre hacia abajo, y cuando no tocas nada con ninguna parte del cuerpo, el córtex cerebral te dice ¡huy! no me gusta, despierta alertas y te pones tenso … pero ¡joder! si lo he hecho innumerables veces… Da igual, el cerebro _que es muy sabio_ te dice: “déjate de rollos y termina el rápel de una vez”. Siete rápeles y dos destrepes después termina el cañón ¡ha ido todo genial! La suerte está echada: ¡¡Nos vamos a por el desafío, amigos!!
Pero antes, atravesaremos en 4x4 los desiertos jordanos hasta llegar al desierto del Wadi Rum, donde montaremos el campo base y conviviremos con auténticas tribus beduinas. Después, nos pelearemos con nuestro objetivo: la temible pero bellísima línea vertical de “INSHALLAH FACTOR”.
Amigos os lo iré contando puntualmente.
Jesús Calleja desde los tórridos calores de los desiertos de Jordania.