Inmersión en cuevas inundadas. Cenotes, Yutacán, México (1 de 3)
Hola amigos, de nuevo inmersos y nunca mejor dicho, en un Desafío Extremo… Esta vez queremos practicar la modalidad de buceo más peligrosa que existe: bucear en cuevas inundadas, conocido como espeleo-buceo.Nos hemos venido a la Riviera Maya, en la península del Yucatán, en México. Aquí se encuentra lo que es para los espeleo-buceadores, el Himalaya para los alpinistas.
Todo el Yucatán es una gran placa de roca caliza, donde hace millones de años por el efecto producido por la filtración de agua de lluvia, que trae mezclada minerales y niveles de ph mas ácidos de lo normal, hacen que esta superficie de roca caliza fuera disolviéndose poco a poco produciendo grutas, cavernas y galerías subterráneas, por donde llegaron a correr ríos. Después siguió el proceso de disolución gota a gota, formando las estalactitas, que son las que cuelgan, y las estalagmitas que son las que crecen hacia arriba, y en ocasiones la unión de ambas formas columnas.
Continuó este proceso en las cavernas secas, y después el nivel del mar se elevó por la retracción de la era glaciar, y se inundaron, dando lugar a colapsos en diferentes puntos, es decir que el suelo se hundió por la debilidad del techo calizo, produciéndose un gran agujero en forma circular donde aflora el agua subterránea. Este agujero se llama “Cenote”. Y es por los Cenotes por donde accedemos al sistema de galerías y cuevas inundadas subterráneas más grande del mundo.
Aquí estará nuestro Desafío Extremo: bucear desde el Cenote Chac Mool, a través de un laberíntico sistema de canales, galerías, y cavernas, hasta llegar a donde se encuentra la estalactita inundada más larga del mundo, que como nadie se pone de acuerdo, dicen que mide entre 13 y 16 metros, algo que nosotros haremos, medirla.
Para llegar hasta esta estalactita, hay que recorrer una distancia de 550 metros, y otros tantos de regreso, más los metros que empleemos en medirla y explorar la sala donde se aloja.Pero amigos, ¡esto hay que hacerlo buceando de una manera autónoma, unos 1.200 metros de galerías inundadas, sin ninguna salida, sin ningún respiradero, con sólo dos botellas de aire comprimido a la espalda, donde no puede existir ni un solo fallo! Tendremos que seguir la “línea de vida” que se llama a un cordel que nos guiará hacia la estalactita que los lugareños llaman “el monstruo”. Esta guía de cordel, nunca y repito nunca podremos perderla, porque si nos perdemos en ese laberinto de posibilidades, sin duda estaremos muertos, pues el aire que tendremos en las botellas está limitado entre las 2,5h y 3h, según el consumo de cada uno. Hay que respetar la llamada “ley de los tres tercios”: un tercio para llegar, un tercio para regresar y un tercio de reserva por si algo sale mal. Estaremos allí solos, sin que nadie pueda ayudarte, no daría tiempo a ningún rescate, el volumen de aire de las dos botellas da de sí lo que da. Si algo falla, estaríamos muertos.