Para poder acometer este buceo considerado como el más difícil, peligroso y extremo de todos cuento de nuevo con la ayuda de Óscar (hidroman), María March (cool woman), un guía local llamado Vicente (Vicent), que es de Mallorca pero afincado en este lugar desde hace 10 años, y otro amigo que nos servirá de apoyo que se llama Jaume (el iluminado). También por supuesto Emilio Valdés, mi amigo y cámara.
Antes de poder hacer este Desafío tengo mucho que entrenar y superar un duro curso avanzado e intenso que en mi caso será resumido en pocos días pero de una intensidad y exigencia donde no me van a perdonar ni un solo error.
Esto no es ninguna broma, no se cansa María de repetirme. La gente se muere practicando esta exigente disciplina. En sólo 15 años, en la península del Yucatán han muerto ¡¡300!! personas ahogadas en estas galerías inundadas. Era tal el número de muertos que se creó un protocolo de actuación para minimizar fallos, y se consiguió descender drásticamente las muertes, pero aún así todos los años se repiten, no en vano es el buceo más exigente y difícil de todos.
Llegamos a Cancún y desde allí alquilamos dos coches 4x4 para movernos a través de la selva, pues los cenotes están escondidos en la selva tupida de la península del Yucatán. En esta selva hay mucha vida animal, desde serpientes venenosas, hasta cocodrilos y caimanes. Con los vehículos haremos la incursión hacia los cenotes, algunos estarán más visitados y nos encontraremos otros buzos y en otros no habrá nadie, incluso queremos ser los primeros en explorar un cenote que tiene controlado Vicente que nos dice que nadie lo ha explorado antes. Os recuerdo que en la península del Yucatán hay unos 3000 cenotes y muchos de ellos aún sin explorar.
Mi aprendizaje será en varios cenotes, y cada uno tiene sus particularidades: los hay profundos, de aguas verdes, de aguas oscuras, con nubes toxicas, de galerías inundadas, de cavernas, con calaveras, sinuosos, peligrosos, angustiosos, en fin, hay de todo, y me han preparado muchas sorpresas para poner a punto mi técnica de buceo y sobre todo me prepararan psicológicamente para poder llevar a buen término este peligroso Desafío Extremo.
Nunca antes he hecho algo tan radical en buceo, se me exigirá la perfección en todo, si no lo consigo, pues simplemente no podré llegar a la estalactita inundada más grande del mundo, y por lo tanto no completaré el Desafío Extremo, teniendo que hacerlo mi equipo de expertos. Así que lucharé por ser el mejor alumno y aprender rápido para poder hacerlo, y para ello seré “torturado” llevándome al límite en ejercicios, como psicológicamente.
El campamento base nos lo hemos instalado en un sencillito hotel mexicano para gente local. Está en la Playa del Carmen, porque os recuerdo que el mar esta al ladito mismo de los cenotes, y muchos de ellos salen sus infiltraciones al mar, de hecho casi todos mezclan aguas dulces con salinas, de eso hablaremos después.