Hola amigos, os escribo desde, posiblemente, uno de los lugares mas aislados del planeta.
Estoy en mitad de la cordillera del Himalaya en pleno invierno, sometido a unas nevadas brutales y a temperaturas a las que resulta imposible adaptarse.
Este año, el primer grupo que se ha adentrado en el río helado del que os hablé en mi anterior crónica es el mío. Nos hemos metido en el río el día 5 de enero y os diré que enviar estas crónicas se convierte en una tarea casi imposible. Su cauce discurre por una angosta garganta de paredes verticales en la que no entra ni un rayo de sol ni, menos aún, las ondas del satélite. Hoy estoy en la mitad del río y, ya que la técnica lo permite, he aprovechado para compartir con vosotros nuestras aventuras de Desafio Extremo.
Como decía, y contra toda lógica, el día 5 entramos los primeros en el río. No estaba congelado del todo y los lugareños desaconsejaban iniciar la temida travesía. Finalmente, decidimos emprender la aventura.
Sólo disponemos del mes de enero y se nos echaba el tiempo encima. Como el río no cumple las condiciones idóneas, hemos tenido que escalar acantilados y encaramarnos a los laterales verticales para sortear pasajes sin hielo. Afortunadamente, a medida que avanzábamos, el río estaba más congelado y nos daba una mayor seguridad. Ahora, tras cuatro días nevando, nos encontramos con que la nieve nos dificulta la visión del hielo.
Aún nos queda por recorrer la mitad de esta garganta helada y rezo a todos los budas para que deje de nevar y no nos quedemos aislados irremediablemente en este remoto lugar del Himalaya profundo. Necesitamos tres días más y que mejoren mucho las condiciones climáticas para decir que estamos salvados. Tenemos que llegar al corazón del Valle del Zanskar, habitado por estas gentes de origen tibetano que viven completamente aisladas.
Tengo ganas de llegar para conocerlas, visitar sus misteriosos monasterios con monjes que, según dicen, tienen poderes y descubrir paisajes únicos. Pero, sobre todo, quiero sentir las sensaciones de estar viviendo una aventura increíble en pleno siglo XXI.
Estad atentos, os seguiré informando.
Jesús Calleja, desde el interior más recóndito del Himalaya.