Continuamos el duro ascenso que nos obliga a dar cuatro pasos y descansar. Eso no es habitual en nuestra experiencia en altitud. Nos rompe el ritmo al tener que pensar cómo dar cada paso y cómo sujetarnos para no resbalar. Así, alcanzamos penosamente otro punto plano a 5.800 metros. Yo creía que la pirámide terminaría con un pico en la cima, pero no, termina en una gran base plana de piedras de granito, que se han reventado por la acción de la erosión. Al fondo de esta base se alza otra nueva pirámide que empezamos a remontar por una arista aérea.
Hacia un lado tenemos un glaciar de hielo azul, con tramos de hielo podrido, que hace inseguro su ascenso, así que decidimos hacerlo por la arista de la nueva pirámide, aún más inclinada, que nos obliga a estar muy alerta para no tirar piedras a los compañeros y a pisar con mucho cuidado en las rocas cubiertas por una fina capa de nieve muy resbaladiza.
Es una auténtica tortura. Nos gustan más las montañas que tienen “palas” de nieve o hielo, donde puedes marcar un ritmo. Estas pirámides de rocas graníticas nos están destrozando. Por fin atisbamos lo que parece cima y debe de ser, pues el GPS indica 5.930 metros. Calculamos que, desde nuestra situación, nos quedaran otros cien metros, siempre los peores debido a esa ansia de terminar con el calvario de respirar un aire viciado con un 60% menos de oxígeno. El frío y el viento sacuden sin piedad y nos requieren un esfuerzo tremendo. Un último empujón y… ¡Sí! ¡ya está! Hemos llegado a la cima. Aquí estamos Emilio, Manu, El sherpa Kami, el sherpa Chring y yo. Estamos en la misma cima de esta montaña que pensamos que ningún occidental ha escalado. Reitero todas nuestras reservas al respecto, pues es casi seguro que los tibetanos la han escalado, conociendo ese carácter intrépido y curioso que los lleva a lugares imposibles. De momento lo que sí es seguro es que no tiene nombre. Tenemos todos los mapas disponibles incluidos los del ejército nepalí, y es un simple punto geodésico.
Hemos decidido llamar a este punto geodésico, situado según nuestras coordenadas del GPS en: N 29º 08´46.8´´, E 83º 40´ 29.7´´ y de una altura de 6.035 metros: PICO CUATRO.
Nos gusta ponerle este nombre. Gracias a todo el equipo que nos ayuda en ‘Desafío Extremo’, gracias por haber confiado en nosotros con este hermoso proyecto televisivo. Nos apetece mucho y sinceramente es muy bonito que nuestra Cadena tenga ‘su’ pico en mitad del Himlaya más desconocido del Nepal y casi diría yo que de toda la gran cadena del Himalaya con sus casi 3.000 kilómetros de amplitud. Gracias, equipo de ‘Desafío Extremo’, amigos de Cuatro, todos los que veis nuestros programas, y equipo directivo, por dar forma a este hermoso proyecto que se llama ‘Desafío Extremo’. ¡Va por vosotros!
Desde la cima vemos en su esplendor el Himalaya que se extiende en los cuatro puntos cardinales: al norte la gran meseta del Tíbet con sus cima más redondeadas y algo más bajas; al sur la cadena de montañas que tendremos que atravesar, nevadas como merengues, donde sobresale el Dhaulagiri una de las 14 montañas de más de 8.000 metros y sin duda las vistas más espectaculares; al este los altísimos pasos que llevan al Reino del Mustang. Nos sorprende sobre todo la gran cuenca que es el valle por este lado de la montaña, relleno de nieve y hielo hasta su cima. Pensamos que puede tener una profundidad de 600 metros de hielo hacia el interior y se encadena con varias montañas más de seis mil metros, todas seguramente sin ollar su cima. Interesante proyecto para el futuro. Y hacia el oeste vemos el alto Dolpo en toda su magnitud. ¡Qué maravilla de cima! Qué buena decisión la de escalar esta montaña y no el Arniko Chuli.