Decidimos continuar hacia el cráter de Marum, que se encuentra a unas dos horas de aquí, aunque el guía local y John, el vulcanólogo australiano que nos acompaña, nos avisan de que hay una sección muy peligrosa en la ruta, ya que los gases convergen en una estrechez. Aún así resolvimos continuar y despedirnos del Bembouw hasta el día siguiente en el que sin duda lo volveremos a intentar. No somos de tirar la toalla fácilmente.
Atravesamos coladas de lava solidificada, bancales de cenizas, rocas, meteoros arrojados por los volcanes, un mundo de fuego, terremotos, y gases tóxicos. Avanzamos sin detenernos porque empezamos a sentir de nuevo el fuerte olor a amoniaco que es el más molesto de todos. Parece que el azufre lo toleran mejor nuestras máscaras antigás, pero el cloro traspasa más de lo debido los filtros, y nos irrita la garganta y pican los ojos. ¡Tenemos que darnos prisa en atravesar este sector, donde los gases se concentran y descienden al ser expulsados por el Marum y los otros dos cráteres pequeños!
Al llegar a este punto el olor es muy fuerte incluso dentro de la máscara. Es insoportable. Aumenta el calor y hay nubes bajas que son los gases más tóxicos, que se han convertido en ácido sulfúrico porque está lloviendo y esto es altamente peligroso.
La persona “X” (ganadora de “Desafío en Himalaya”), está asustada de nuevo, mi hermano Kike tose sin cesar y sus ojos demuestran que esto no le gusta nada, como a mí, que me está dando la sensación de que estoy matando mi cuerpo poco a poco con tantos tóxicos.
Conseguimos atravesar este sector terrible y nos situamos en un lugar entre los dos cráteres pequeños y el cráter Marum, pero algo no va bien, no se ve casi nada fuera de esta pequeña isla. John nos dice que hoy los volcanes están especialmente activos, que no es normal esta actividad, especialmente la de los cráteres pequeños. Es posible que se esté preparando una fuerte erupción como ocurrió el pasado enero que casi obligó a evacuar la isla. Sufrieron una fuerte erupción seguida de terremotos, uno de ellos cercano a 8 en la escala de Richter que ¡desplazó la isla medio metro hacia el este! Esta es la verdadera violencia de estos volcanes, y ahora están tan activos que puede ser el preludio de algo gordo que está a punto de pasar.
Es imposible continuar por la misma ruta que nos llevó hasta la cima del Marum hace tres días. Vemos fumarolas muy violentas que ascienden a miles de metros de altitud. Hoy la lluvia es extra-ácida y el cráter más cercano a nosotros se ha vuelto loco expulsando todo tipo de gas, y sobre todo el gas azul, que es el más mortífero de todos. Es puro cloro, que se mezcla con la lluvia y se transforma en un aniquilador anhídrido clohídrico. Esto es lo que esta ocurriendo: tenemos la ruta cortada y lo peor es que nosotros estamos dentro. Tenemos que dar la vuelta, retroceder por el mismo camino y atravesar el anhídrido clorhídrico otra vez, ¡qué asco!...