Hemos llegado al promontorio de piedras en lo alto del glaciar, nos encontramos en la parte más alta de este enrome glaciar, y en este promontorio de piedras instalaremos nuestro campo II, ya os diré porque… Ahora toca reponer fuerzas con un buen chorizo de León, y barritas energéticas, beber para hidratarnos, y ya sin mochilas, atacar la cumbre a tan solo 200 metros de desnivel, que curiosamente es de roca descarnada, carente de nieve por los fortísimos vientos que la azotan. Es un monolito de granito descompuesto por la fuerte erosión. Es muy extraña esta cima de roca en mitad de uno de los glaciares más radicales que he visto nunca en montaña.
Esto nos facilita mucho las cosas, y el ascenso es sencillo. Da la sensación que el Caledonia nos ha puesto tantas zancadillas que al llegar a lo más alto del esquivo glaciar te quiera obsequiar con los 200 metros hasta su cumbre mas sencillos de toda la escalada, y amigos…¡Estamos en la cima!
Somos la segunda repetición mundial, y eso genera sensaciones increíbles. Lo celebramos por todo lo alto durante una hora y media, hasta que el tiempo empeora, fuertes ráfagas de viento arrojan literalmente pequeños trozos de hielo. Es momento de descender, llegamos al campo II rápidamente, nos instalamos, cenamos y preparamos la estrategia de los próximos días. Ahora empezará la segunda parte de esta expedición, sin duda la más compleja, y comprometida, queremos explorar que hay detrás del esta gran montaña. Sabemos por fotografías satélite que existen unos glaciares enormes, y las montañas que se alzan detrás no tienen ni siquiera nombres, jamás han sido escaldas, y aun menos los glaciares. En definitiva, nunca antes ha pisado este territorio, no hay mapas, sólo alguna foto por satélite.
Es una ruta ambiciosa, que pasa lo primero por encontrar una ruta para descender al glaciar llamado Armada Chilena. Hoy no hemos visto ninguna posibilidad desde la cima del Caledonia de descender. Son paredes y glaciares verticales, completamente imposibles, así que hemos decidido rodear el Caledonia por el glaciar opuesto y ver si existe posibilidad de descenso aunque tengamos que emplear todo nuestro material de escalada. Si logramos descender, tendremos que remontar este glaciar hasta un estrecho collado que está expuesto a la caída de miles de seracs y témpanos de hielo de las dos montañas que lo blindan. Hay que ser rápidos sorteando las grietas y salvando este pasaje tan expuesto y peligroso.
Hasta aquí es donde nos llega la vista desde la cima del Caledonia, porque después la foto satélite, dice que hay que descender otro glaciar repleto de mas grietas, que supongo hay que rapelar (descender por cuerdas), y alcanzar el glaciar Alemania, nuca antes explorado. Es un largo glaciar y muy ancho que desemboca en una laguna de una forma muy abrupta, por lo que tenemos que buscar una ruta de descenso en ese caos de hielo.
Una vez que demos el paso de aventurarnos en este territorio tan abrupto y radical no hay marcha atrás, tenemos que resolver el enigma si hay paso o no, porque si no amigos, no tenemos ni idea que va a ser de nosotros, será sin duda el mayor de los líos en el que me haya metido nunca. Y después nos falta resolver como descender a esta laguna y alcanzar el mar para llamar al velero por teléfono satélite y nos rescate en el punto que le comuniquemos. Será sin duda una apasionante e increíble aventura que nos espera. Os quiero recordar que todo pasa por encontrar mañana un paso de descenso, porque si no todo se habrá terminado mañana mismo, regresando por donde hemos venido, que no es poco.
Amigos estar atentos porque sin duda alguna, puede ser una de mis mas increíbles expediciones si lo conseguimos. Habremos dejado para la historia un valioso informe de esta zona de la Cordillera Darwin todavía sin explorar desde el comienzo de los tiempos. Suena bien ¿verdad?
Jesús Calleja desde el último confín de la tierra.