Michael Brown, Eric Garner, Renisha McBride, John Crawford, Prince Jones, Trayvon Martín. Todos, cuerpos negros, de azúcar, algodón y tabaco. Cuerpos destruidos. Cuerpos saqueados en la América de ayer. Y en la América de hoy. América blanca y soñadora. América doliente y sin esperanza para Ta-Nehisi Coates (Baltimore, 1975), un periodista rabioso e incisivo que ha escrito un ensayo demoledor, Entre el mundo y yo ( Seix Barral), una carta infinita a la que hoy, mañana y por los siglos de los siglos la vida seguirá añadiendo capítulos.
Porque en esa carta dirigida a su hijo Samori, Ta- Nehisi Coates describe con absoluta crudeza la angustiosa sensación de saberse un cuerpo negro amenazado en las calles del Baltimore de su juventud. Lejos de las idílicas residencias ajardinadas en las que otros niños, otros adolescentes, crecen felices sin el estigma del miedo. "Si eres negro, has nacido en la cárcel, decía Malcom X. Y yo sentía la verdad de aquello en las manzanas que tenía que evitar, en las horas del día en las que no podían pillarme caminando de la escuela a casa".
De eso trataba "Must be Something", del poeta y músico Gil Scott-Heron, de eso trataba "Do The Right Thing", la obra maestra del director Spike Lee, y de eso trataba Una bendición, de la premio nobel de literatura Toni Morrison. Es decir, de lo que Ta-Nehisi Coates detalla como el fondo del pozo, la cara inferior del mundo; allí donde el odio es seña de identidad grabada a fuego. Y es lucha. La lucha de los Panteras Negras en cuyas filas militó su propio padre. Y sostiene el autor que la lucha es el poder negro. Y se lo cuenta a su hijo adolescente que ha crecido con un presidente negro en la Casa Blanca. Aunque él se refiera a otro poder, al poder de blindar tu propio cuerpo frente a quienes lo violentan: agentes de policía que abusan por voluntad democrática en Ferguson o en Prince George. "Agentes con poder máximo y responsabilidad mínima después de matar". O el poder de crear un lenguaje emocional inconfundible al que los soñadores blancos recurren cuando están tristes y escuchan a Billie Holliday o a Aretha Franklin si van a morir.
Entre el mundo y yo ha sido finalista del Premio Pulitzer 2016 y fue galardonado con el National Book Award de no ficción 2015, entre otras muchos reconocimientos. Su lectura es un recorrido desconcertante por las últimas décadas en la vida de EEUU. Como cuando cierras los ojos con fuerza y los abres de nuevo. Y algo ha cambiado. Algo ya no está. Y no sabes qué es.