Jovanotti, el poeta de la alegre melancolía
¿Qué tiene Lorenzo "Jovanotti" Cherubini (Roma, 1966) que no tengan otros músicos italianos? Es un tipo que cae bien sin ni siquiera abrir la boca. Un gran comunicador que lleva la sonrisa encajada en la mirada. Estamos ante una personalidad arrolladora, un malabarista sonoro excepcional, un cerebro hiperactivo entregado al compromiso y la denuncia, la poesía y la sensualidad.
Ha variado de rumbo en multitud de ocasiones. En sus comienzos, como Dj, Jovanotti experimentó con el injustamente menospreciado sonido disco. Aquellos arrebatos rompepistas no han desaparecido del todo y le siguen reservando grandísimos momentos en sus conciertos. También fue el valiente que en los 90 irrumpió con el nuevo lenguaje del rap y el hip hop en el país de las baladas. Remando a contracorriente. Cuando todos buscaban palabras de amor, Jovanotti revolucionó el ritmo sin desprenderse de su marca lírica, ni de su intensidad como letrista.
Acaba de publicar "Lorenzo 2015 CC", un álbum que cruza de Europa a EEUU. Lo ha grabado en París, Milán, Roma y Nueva York. Y esconde sensacionales colaboraciones como las de Manu Dibango, Daru Jones y Bombino, excelente guitarrista malinés de origen tuareg. El apodado Jimmy Hendrix del desierto comparte con el italiano una delicia titulada "Si alza il vento". La canción esconde una emotiva intrahistoria sobre la música del azar o el azar de la música que Jovanotti documenta fielmente con su cámara.
No he dicho todavía que lo graba todo. Lo exprime todo. Lo comparte todo. Un momento impagable es el encuentro entre ambos artistas. Se admiraban, pero no se conocían. Este nuevo disco contiene canciones que perfectamente podrían ser grandes éxitos paneuropeos, por ejemplo "L'alba", "Tutto acceso", "Insieme", "Gli immortali", "Sabato", "Ragazza magica" y, por supuesto, la ya mencionada "Si alza il vento", que desafortunadamente no está incluida en la edición disponible en España, aunque si se puede escuchar en plataformas como Spotify.
El compositor romano logró recuperar a orillas del Hudson el anonimato que buscaba desde que alcanzó la categoría de superhéroe, con millones de seguidores en Twitter @lorenzojova y el sitio web soleluna.com, que parece una autopista al cielo de su universo "multipolar". Este verano volverá a llenar estadios. Y la discreción de la que disfrutó en su refugio neoyorkino se ahogará en su retorno multitudinario. Pero no importa. Jovanotti es un espectáculo. Su figura de quijote contemporáneo, oculto a veces bajo el atuendo de una vestimenta colorista e ingeniosamente extravagante, se desparrama al compás de himnos enormes:"A te", "Tutto l'amore che ho", "Penso Positivo", "Serenata Rap","Un raggio di sole"," Safari", "La notte dei desideri"...
Lamentablemente, España se lo pierde otra vez. Llevo años preguntándome por qué otros artistas italianos llegan hasta aquí y Jovanotti, no. El músico más influyente de su generación no ha vuelto a mirar en esta dirección desde su desafortunada y mal aconsejada colaboración en 2001 con Jarabe de Palo en "De vuelta y vuelta" y su fallido intento con "Pasaporte". No le quedarían ganas. Pero yo no me resigno. Algún día podré cantarle "Mi fido di te".