La elaboración del soufflé no es algo sencillo y David ha sido el primer pastelero en comenzar a cocinar y el primero en someterse a la valoración del jurado y de Paco Roncero. La cara de Betina era un poema “Vaya tortillaco”, pero quién ha hundido por completo al benjamín ha sido el chef. Paco Roncero le ha dejado claro que su soufflé sabía más a perejil que a foie y que su trabajo en la Prueba de Autor de la semifinal había sido un auténtico desastre. Unas palabras ante las que David se ha puesto a llorar como según Alba “un niño pequeño”. Solo deseaba que a sus compañeros tampoco les subiera el soufflé y lo hicieran peor que él.