“¿Pero vamos a cocinar de verdad?”, “¿Qué nos van a mandar hacer?”, “Yo no he hecho un bizcocho en mi vida”, “Yo tengo varios cursos de cocina”, “En serio ¿tenemos que hacer un cupcake?”, ”¿Cómo se llaman los jueces?”… Eran muchas las cosas que se nos pasaban por la cabeza a los miembros de la prensa que nos dirigíamos hacía la preciosa Fábrica de harinas de Torremocha del Jarama donde se graba ‘Bake Off’. Teníamos tiempo de sobra y los móviles echaban humo en busca de la receta perfecta.
Sin embargo, de poco nos sirvió saber cómo se preparaba una buttercream o cuánto tiempo tenía que estar el brownie en el horno, íbamos a ser concursantes de verdad y nada se deja a la improvisación en ‘Bake off’, en repostería todo tiene que estar medido y bien medido. En una carpa maravillosa nos esperaban Betina Montagne, Miquel Guarro y Dani Álvarez, tres maestros de la repostaría dispuestos a ponernos a prueba delante de los fogones.
Los nervios se nos juntaron con la ilusión de ponernos el delantal con nuestro nombre y ponernos delante de las cocinas donde nos esperaban ingredientes, utensilios de cocina y la receta de una tartaleta de fresa y chocolate. “Tenéis una hora y una única oportunidad, os lo jugáis todo a una sola carta”, aseguraba un exigente Miquel Guarro.
Las agujas del reloj comenzaron a correr y mientras que algunos todavía seguíamos convencidos de que íbamos a tener que enfriar nuestra coulant en el famoso abatidor que todo el mundo desea tener en su casa y nadie terminar de saber qué es, los más avanzados ya tenían la masa de la tartaleta lista para meter al horno. Y a partir de este punto os tengo que decir que sí, que cuando los concursantes digan que se han bloqueado o que estaban tan nerviosos que no son capaces de leer la receta o que se les ha olvidado echar la leche sobre el chocolate, dicen la verdad. Nosotros no nos jugábamos nada, pero los nervios nos recorrían todo el cuerpo.
Si en el autobús de camino no terminábamos de recordar los nombres de los tres maestros reposteros que iban a valorar nuestros platos, ahora os puedo decir que ninguno de los 14 periodistas que estábamos allí los vamos a olvidar jamás (Tú tampoco lo harás en el momento que los veas en televisión). Y no solo porque el momento de la valoración fue increíble por su profesionalidad, sabiduría y elocuencia “¡Qué nervios!”, sino porque durante la hora que estuvimos con las manos en la masa, ellos estuvieron a nuestro lado.
“No me funciona el horno”, “Necesito una cucharilla”, “¿Qué es el azúcar invertido?”, “¿Le añado la pectina?”… Betina, Dani y Miquel podían haber salido corriendo o haberse mantenido al margen, son el jurado. Pero no, ellos se pusieron mano a mano con nosotros, nos hicieron reír, nos enseñaron y consiguieron que cocinar en ‘Bake Off’ fuera una experiencia irrepetible. Además, nosotros no desaprovechamos la oportunidad de entre cocción y decorar las tartaletas tirarles un poquito de la lengua y ya os podemos decir que ‘Bake Off’ tiene pintaza y va a ser uno de esos talent en los que no te vas a despegar del sofá ni durante la publicidad.