Tras 37 semanas de gestación, los médicos de Samanta deciden inducirle el parto. Después de 24 horas de espera, de contracciones y de dolores, la periodista y su marido pueden ver las caras a sus dos bebés. Violeta y Damià son dos niños muy deseados que cambiarán sus vidas, algo que ambos saben y que han ansiado durante mucho tiempo.