Aunque le daba un poco de vergüenza, Adela coge el micrófono y se convierte en la speaker de 'La olla loca'. Superada la timidez inicial, la reportera se suelta y lo da todo. "La olla está caliente y nos faltan los ingredientes", dice Adela, que termina agotada. "Me duele la cabeza del ruido y hablar tan alto. Tengo la cabeza como un bombo."