Miao, de 28 años, tiene aquí su negocio de organización de bodas y asegura con rotundidad que un ciudadano chino podría vivir toda su vida en este barrio sin necesidad de hablar español. Ella lleva desde los 10 años en España y habla el idioma, pero prácticamente se relaciona sólo con ciudadanos de su mismo origen. Su negocio está orientado únicamente a parejas chinas, de modo que el mismo día de la boda maquilla a la novia, le ayuda a escoger un vestido entre los cientos que tiene en su tienda y acto seguido monta la ceremonia.