Adela Úcar vive “21 Días toreando”, en el estreno de la quinta temporada
cuatro.com
17/10/201211:28 h.Bajo la premisa “No es lo mismo contarlo que vivirlo”, Adela Úcar regresa para vivir una vida que no es la suya y someterse durante 21 días, 24 horas cada jornada, a las mismas condiciones de aquellas personas con las que convive en cada reportaje.
Como es habitual en el programa, que Cuatro produce en colaboración con BocaBoca Producciones, la periodista actuará como hilo conductor y mantendrá su diario en forma de cámara doméstica, con la que grabará sus emociones más personales, su estado de ánimo y sus reflexiones, intercalando en el reportaje distintos puntos de vista. Asimismo, cuando la complejidad o la dureza del asunto que esté abordando lo requieran, contará con el asesoramiento y seguimiento de un equipo médico y psicológico.
Según Adela Úcar, “para mí es un orgullo seguir al frente de este programa con el que he vivido tantas experiencias increíbles: unas muy duras, otras conmovedoras y otras maravillosas. Seguimos ahondando en temas diversos y dando voz a personas que tienen cosas interesantes e importantes que decir. Y yo sigo transmitiendo con ilusión todo lo que veo y siento”.
En lo que respecta a las próximas entregas del programa, ha explicado que “para esta temporada hemos grabado tres programas muy intensos: ‘21 días toreando’, ‘21 días sin dormir’ y ‘21 días buscando oro’. A veces, cuando terminamos la grabación de un programa especialmente duro, pienso que ningún otro tema será tan extremo como el que acabamos de terminar, pero estos tres temas me han demostrado que todavía hay acción, entrega e intensidad para rato. Para ponerme delante de un toro tuve que superar el momento en el que todo mi cuerpo me decía: ‘No salgas ahí sola”.
Para finalizar, ha expresado un deseo: “Espero que los espectadores disfruten con el programa, que les dé qué pensar, que se ríen, que lloren… Esta temporada está llena de estos momentos”.
Una prestigiosa escuela taurina, punto de partida en el aprendizaje de Adela Úcar
“21 Días” arranca la temporada sumergiéndose en el mundo del toreo. En plena polémica en torno a las corridas de toros, Adela Úcar pasa “21 Días toreando” sumergiéndose de lleno en el arte de la tauromaquia.
¿Qué se siente cuando se está frente a un toro? ¿Es tan fuerte como para estar dispuesto a morir en la plaza? Para responder a estas preguntas Adela Úcar participa de la fiesta y vive con toreros y aspirantes a figuras de la lidia. El reto: aprender a torear y sentirse torero en 21 días.
“Me he puesto en la piel de un torero, entrenando como ellos y enfrentándome a animales a los que jamás pensé que me tendría que enfrentar”, explica la periodista. “Por una parte, te invade el miedo cuando te ves sola delante de un toro, pero a la vez la adrenalina ayuda a que te salgan fuerzas de donde sea. A pesar de las horas que estuve entrenando, me he llevado golpes y revolcones cada vez que me he puesto delante del animal. En el momento no me dolían, pero al día siguiente me dolía todo el cuerpo”.
La experiencia comienza en una de las escuelas taurinas más prestigiosas de España y América. Allí recibe sus primeras clases y conoce a algunos alumnos, entre ellos a Adrien, un chico francés de 15 años que ha decidido, junto a sus padres, abandonar la casa familiar y vivir en la escuela para llegar a ser un maestro de la tauromaquia. Adela se siente impresionada por la pasión y la motivación de los alumnos. Para algunos de ellos, el toreo, más que un arte, es una religión. “Las cornadas son un tributo que hay que pagarle al toro”, declara uno de los jóvenes.
Intensas sesiones de entrenamiento con “El Juli” y Juan José Padilla
La periodista también vive intensas jornadas de entrenamiento con dos figuras consagradas, como son Julián López “El Juli” y Juan José Padilla. Además, comparte con el diestro gaditano algunas de sus sacrificadas sesiones de rehabilitación, ya que el torero aún sufre importantes secuelas de la grave cogida sufrida hace apenas un año. Adela Úcar también es testigo de algunas de las reflexiones más íntimas de estos maestros. Para “El Juli”, “la sensación de torear y gustarle al público es insustituible” y para ello considera imprescindible desplegar su arte “con profundidad y sentimiento. Por su parte, Juan José Padilla revela las claves de la pasión que despierta la lidia: “Esta profesión es pura y verdadera porque es el único espectáculo en el que se muere de verdad”.
Después de días de intenso entrenamiento, la formación llega a su fin: Adela debe torear en un festejo de la escuela. En la periodista surgen sentimientos encontrados. “Nerviosa, emocionada… Y acojonada”, revela ante la cámara.