no había tomado nunca antes ayahuasca y desde luego es una experiencia que no olvidará jamás. En 21 días probando la droga de la selva, la reportera se adentra en el mundo de este alucinógeno que ya utilizaban con fines medicinales hace más de 5.000 años los chamanes del Amazonas. En los últimos años, ha habido un boom en Occidente que ha redescubierto sus efectos alucinatorios y ha provocado que incluso haya un turismo psicódelico para tomar la droga en medio de la selva.
Meritxell viajará hasta Iquitos, la ciudad más grande del Amazonas peruano y capital del turismo ayahuasquero. Se alojará en uno de los centros creados para albergar a turistas que quieren tomar este brebaje y participará en los rituales que se celebran para tomar la planta.
Ayahuasca de generación en generación
El DAS Center es un complejo turístico enfocado a de Ayahuasca. Percy García es su propietario y chamán, la décima generación de chamanes de su familia. Hoy tiene 43 años, pero empezó a experimentar y a aprender los rituales de la Ayahuasca con 10. De este modo ya ha iniciado a sus hijos desde pequeños en . Lo que pretende conseguir iniciando a sus hijos es “unir la medicina familiarmente”, consumiendo la pócima natural prácticamente cada fin de semana.
Meritxell asiste a la primera toma de ayahuasca de un invidente. Se trata de Ray, hijo de Percy. “Ray es una persona invidente”, cuenta su padre, Percy. “No puede ver con los ojos pero entiendo que puede ver con las manos, con sus sentimientos, con sus emociones, y ahora quiero complementar todo ello con la medicina Ayahuasca” nos dice, “estoy seguro de que va a poder ver de otra manera, en el mundo espiritual”.
Su hermana Victoria, de 13 años, hace tomas regulares desde los tres años, y defiende claramente sus beneficios. “El Ayahuasca no es una droga” le cuenta Victoria a Meritxell, “depende de la persona que lo prepare y cómo se esté haciendo”.
Tras el ritual y la primera toma completa de Ray, éste es capaz de describir visiones muy claras a Meritxell. “Una serpiente”, cuenta, “una serpiente que me hacía jugar, que se enroscaba. Y ponía su boca cerca de mi cara. Flotaba en mí”. Y resume la experiencia en una sola palabra como “Grandiosa”.
Centro de terapias alternativas en Madrid
Alberto Varela ha creado toda un organización alrededor de la toma de ayahuasca. Se define como un facilitador y organiza retiros “Vienes a una casa, te hospedas aquí, te damos comida, vienen terapeutas, vienen chamanes...”, cuenta Alberto a Meritxell, a quien, de entrada, hace una evaluación. “Es una decisión muy importante adentrarse en un mundo interior inexplorado, desconocido. Tienes que meterte allí haciéndote cargo de la decisión que tomas”.
Un asistente al centro de explica que con las tomas de Ayahuasca ha logrado superar incluso sus adicciones. “Estaba enganchado al alcohol, he dejado toda esa vida atrás y ahora me he lanzado a algo que desconozco” continúa “He podido sentir cómo está llorando mi ser dentro de mi. Y cómo quiere salir. Quiere salir y manifestarse y dejarse ya de tonterías. Dejarse de tonterías y vivir”
El líquido que se extrae de la planta Ayahuasca es la mayor fuente vegetal conocida de dimetiltriptamina (DMT), un neurotransmisor producido naturalmente en nuestro cerebro que es responsable de los sueños en la fase REM del descanso. El efecto de beber Ayahuasca es, por tanto, casi como experimentar un sueño mientras estamos despiertos. Sentir los efectos de es acceder a que contiene nuestro subconsciente o mundo espiritual.
21 días se adentra esta semana en el mundo de la ayahuasca y Meritxell entra de lleno en sus rituales, en sus tomas y experimenta los efectos de una sustancia psicotrópica tan alucinógena como peligrosa.