"No siento que haya traicionado mis principios con la reforma laboral"
Cuatro/CNN+
10/09/201012:05 h.Tras seis meses sin conceder una entrevista, el presidente del Gobierno ha pasado por los micrófonos de la Cadena Ser, donde ha repasado todos los temas de actualidad.
La recién aprobada reforma laboral ha sido abordada por e jefe del Ejecutivo. Zapatero ha asegurado que no siente que haya traicionado sus principios con la reforma laboral aprobada este pasado jueves por el Parlamento. "No siento que haya traicionado mis principios con la reforma laboral", ha indicado Zapatero tras recordar la necesidad de hacer cambios en un modelo que durante las tres últimas crisis ha llevado a España a la tasa de paro más alta de la UE.
Así, preguntado por el recorte de derechos que supone la reforma laboral, el presidente del Gobierno señaló que algunos de los derechos fundamentales de los ciudadanos son el derecho al trabajo, a la estabilidad en el empleo y el derecho colectivo a defender los intereses de los trabajadores, que "se mantiene en el modelo de reforma laboral".
En cualquier caso, el jefe del Ejecutivo cree que hay que esperar a ver los efectos de la reforma para valorarla, por lo que pidió tiempo a los sindicatos, ya que éstos tardarán en producirse, "al menos unos cuantos meses".
Cambio de rumbo en los recortes
En cambio, Zapatero sí ha reconocido que las medidas de ajuste del gasto sí supusieron un viraje de la política del Gobierno. Así, tras haber hablado de la reforma laboral, el jefe del Ejecutivo señaló que "otra cosa son las medidas de ajuste".
"En efecto, ahí tuve que cambiar una política", señaló para a renglón seguido reiterar que ello se debió a la necesidad del Gobierno de adaptarse a las circunstancias. "En mi plan político no estaba" bajar el sueldo a los funcionarios, ni congelar las pensiones, precisó antes de añadir: "lo tuve que hacer por sentido de la responsabilidad, porque el déficit era muy alto y era necesario corregirlo".
"Respeto a la huelga general"
Sobre la huelga general del 29 de septiembre, el jefe del Ejecutivo mostró una vez más su respeto a los sindicatos, a pesar de la discrepancia de opiniones, aunque no entendió que CCOO y UGT no asuman que la tasa de paro en España duplica la media europea.
"Entiendo que discrepen de la reforma laboral, es legítimo, pero entiendo menos que no asuman que la tasa de paro en España duplica la media europea", indica Zapatero, tras defender una reforma que, a su parecer, sitúa a España más cerca de los países europeos.
Y es que Zapatero considera que la realidad del empleo en España "algo, no todo, tiene que ver con el marco laboral". En este sentido, defendió que la reforma laboral cumplirá tres objetivos: ayudar a crear empleo cuando la recuperación de la economía se consolide, evitar una masiva destrucción empleo, y fomentar la contratación indefinida.
No irán guardias civiles a Irak
Por otra parte, el presidente del Gobierno ha asegurado que "no va a ser necesario" enviar guardias civiles a Irak y, además, ha avanzado que para el mes de noviembre, cuando se celebrará la Cumbre de la OTAN en Lisboa, espera tener un "escenario más aproximado" sobre posibles calendarios de repliegue en Afganistán.
Además, Zapatero ha afirmado que no está previsto que el presidente estadounidense, Barack Obama, visite España.
A continuación ha resaltado la necesidad de consolidar y "llegar hasta el final" en intervenciones militares como la ejecutada en Afganistán y en una política preventiva.
No hay diálogo con ETA
Por otra parte, Zapatero ha afirmado que el Gobierno no tiene "información cierta de cuáles son las intenciones de ETA" sobre si está dispuesta a dejar definitivamente las armas, de modo que, teniendo en cuenta la trayectoria de la banda en otros momentos en que ha cesado los atentados, "hay que desconfiar".
En este sentido, Zapatero ha insistido en que lo único que debe hacer ETA es dejar las armas y ha advertido de que cuando llegue ese momento a la banda se le van a plantear "pruebas de gran exigencia" porque "la desconfianza es grande".
Además, ha querido subrayar que no hay ningún contacto "en absoluto" entre ETA y el Gobierno o alguien en su nombre o su entorno de modo que, aunque obtiene información sobre la banda por otras vías, no tiene indicios ciertos de cuáles son sus "intenciones" y eso le lleva a "desconfiar".