Jim Carrye es uno de los portavoces oficiales del movimiento anti vacunas, e incluso acusó al gobernador de California de querer envenenar a los niños mediante las vacunas obligatorias. Hablaba de que el autismo está relacionado con estas vacunas. Robert de Niro, cuyo hijo es autista, apoyó la proyección en su festival de un documental anti vacunas, que terminó censurado y que puso al actor en el punto de mira de la polémica.